La ecocardiografía es una herramienta esencial en la evaluación cardiovascular, permitiendo un análisis detallado de la función cardíaca y sus alteraciones hemodinámicas. 

Históricamente, la interpretación de los ecocardiogramas ha requerido una curva de aprendizaje elevada debido a la complejidad de las imágenes y la necesidad de correlacionarlas con el cuadro clínico del paciente. 

Sin embargo, los avances en tecnología de simulación y metodologías de enseñanza han permitido que médicos y profesionales de la salud adquieran habilidades en ecocardiografía de manera más efectiva.

En la actualidad, metodologías como el uso de simuladores interactivos y modelos humanos han facilitado la comprensión y ejecución de ecocardiogramas transtorácicos y transesofágicos. La aplicación de estas técnicas permite a los profesionales interpretar imágenes de forma segura y precisa, mejorando la toma de decisiones clínicas en escenarios críticos como la urgencia, pabellón y unidades de cuidados intensivos.